Indoor Plaza, catorce años de crecimiento permanente

El gimnasio de calle Roma 124 abrió en marzo 2004. A fuerza de la perseverancia y esfuerzo de su propietario, el Profesor Diego Castillo, se posicionó como uno de los más completos de la ciudad.  

Una de las más interesantes propuestas para la actividad física en la zona es Indoor Plaza, un espacio de 500 metros cuadrados dispuestos para ejercicios de musculación y entrenamiento funcional.  

Cuenta Diego Castillo, su dueño, que el emprendimiento fue “muy a pulmón” en sus inicios y bien desde abajo. “Empezamos con máquinas caseras, muchas de ellas construidas con mi viejo, Chito Castillo”, describe el creador de Indoor.  

Recordemos que por entonces el país recién comenzaba a recuperarse de una de las peores crisis económicas de su historia. “Tenía que juntar plata así que me fui a España en 2002, después del desastre”, relata Diego, quien agrega: “Junté algo, volví y abrí el gimnasio. Al principio con una socia, Laura Capurro, una colega que conocí en el  Profesorado de Educación Física”. Luego de unos años, ella siguió su camino en otros proyectos. 

Toda la carne al asador 

De allí en adelante, Diego hizo una fuerte apuesta para sacar adelante el gimnasio. “Empecé a sacar préstamos, vendí mi auto y metí todo en las inversiones en equipamiento para brindar lo mejor”, subraya.  

Así el gimnasio fue creciendo sin prisa pero sin pausa. “En el año 2014, con un gran esfuerzo, hice una ampliación que duplicó la capacidad del salón en metros cuadrados”, destaca Diego.   

Para el propietario de Indoor, una de las claves de la evolución del gimnasio ha sido la apuesta a ampliar, renovar y actualizar constantemente las máquinas, para contar con equipamiento moderno y de primera línea.  

En la actualidad, el espacio cuenta con más de 60 equipos, entre máquinas y bancos, para una amplia diversidad de ejercicios.  

Equipo de primera, atención personalizada 

A lo largo de su desarrollo y al día de hoy, Indoor siempre ha contado con instructores de destacada trayectoria y de capacitación específica. “Esa fue otra de las claves para que la gente nos haya aceptado”, explica el emprendedor, que es profesor en educación física e instructor en musculación. 

En cuanto a las actividades en concreto, Diego cuenta que al principio el gimnasio apuntaba a clases grupales y aparatos. “Hoy nos especializamos puntualmente en musculación, entrenamiento funcional y sala cardiovascular”, señala. 

“Todos los alumnos entrenan con rutinas individuales y un seguimiento personalizado”, agrega el instructor.  

Espacio de capacitación 

“También estamos incursionando en el plano académico, dado que este año ya se dictó el primer curso de entrenamiento funcional”, cuenta Castillo. “Para 2018 tenemos previsto un instructorado de musculación y personal training, otro de entrenamiento funcional y otro de gimnasia adaptada y correctiva”, agrega.  

El lugar es cómodo, amplio y con muchas máquinas para no esperar el turno para entrenar. Hay vestuarios con duchas y una excelente disponibilidad horaria, con sábados incluidos (ver aviso al pie).  

Indoor Plaza, como lo muestra su joven pero intenso recorrido, es un emprendimiento que creció con el esfuerzo y constancia de su impulsor, más la capacidad de sus recursos humanos y la calidad de su equipamiento.