El artista le puso magia y color a la institución de barrio Juniors y al jardín de barrio Pueyrredón
Las paredes de la Casa del Joven, en Américo Vespucio entre León Morra y Arenales, en barrio Juniors, lucen ahora un colorido especial tras la intervención de Néstor Nis, que pintó allí la imagen del escritor Julio Cortázar.
Además, también pueden apreciarse dibujos alusivos a obras del reconocido autor del siglo pasado en distintas partes del edificio.
El artista también llevó sus dibujos al jardín de la escuela Urquiza, en la esquina de Polonia y Suipacha, en barrio Pueyrredón. Allí llevó adelante una intervención con el título “Pintando pájaros” para compartir un momento de arte y recreación con los niños y docentes de la institución.
Quién es Néstor
Nis estudió arquitectura y tenía una empresa constructora. Se dedicaba plenamente a esa actividad hasta que, hace siete años, el estrés le dio un susto médico importante.
“Tenía muchísimo trabajo pero me dijeron que no valía la pena ser el más rico del cementerio”, cuenta ahora con sentido del humor. A partir de esa experiencia que lo acercó a la muerte decidió canalizar su capacidad para el dibujo, que antes la aplicaba a los proyectos edilicios, a la pintura en distintas técnicas. Y allí, su vida cambió.
Con el tiempo, lo que comenzó como un hobbie se convirtió en su actividad principal y la pintura lo llevó a pasear sus obras por distintos lugares del país y del mundo. También lo hace, por supuesto, en espacios locales, como el Paseo General Paz o la Universidad Católica de Córdoba.
Hoy, en su atelier Espacio La Gioconda, transmite su talento y su pasión a niños, jóvenes y adultos amantes del arte, siempre en la búsqueda de generar que cada nuevo pintor desarrolle su estilo propio.
Toda una vida en General Paz
Más que un vecino histórico, como sabemos adjetivar a la gente de larga trayectoria en el barrio, Nis es un vecino vitalicio: Siempre vivió en General Paz y tiene su atelier en la calle Asunción.
En la Escuela Ramón José Cárcano hizo el nivel inicial y el primario. Y justamente en ese mismo jardín hizo mucho tiempo después intervenciones artísticas y arquitectónicas, además de colaborar mucho tiempo en la cooperadora de la institución.
Pintar escuelas y jardines es parte de una iniciativa particular de compromiso social, en el que su esposa, que es médica, también participa.
“Hace diez años, ni siquiera imaginaba que me pudiera dedicar a esto. Y hoy lo disfruto muchísimo”, concluye el artista.
